viernes, 25 de enero de 2013

Gratitud

Ayer por la noche, en la avenida Tlahuac, mientras regresaba de haber ido a tomarme un café con "la señorita" me hallé con gran sorpresa. En mi prisa, intenté abordar el metro de la nueva línea dorada con boleto en mano y jamás encontré una ranura para poder acceder y encontrarme del otro lado del torniquete. El policia de guardia me dijo que sólo aceptaban tarjetas, le pedí de favor que si me dejaba pasar, sólo era un pasajero que costaba "tres pesos" el hombre rotundamente con movimiento de cabeza dijo que no, resignado me di la vuelta y me dirigí a la salida o entrada del metro. A unos metros divisé a un punk con el cabello pintado de rojo y junto a él un niño (supongo era su hijo) de tal palo tal astilla. Me interceptó y de su billetera sacó una tarjeta y me dijo.
-Yo tengo tarjeta amigo, vamos, siempre necesitamos de alguien-
Quedé asombrado, acercó la tarjeta a la máquina y me permitió pasar.
Mencioné la palabra habituada -Gracias-

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