DIGRESIONES SOBRE LA LLUVIA

Dicen que la lluvia

es el murmullo de los muertos

otros le atribuyen

dones más divinos

como las venas transparentes de Dios,

o la pesadilla fría de algún ángel

muchos concuerdan

que la lluvia es el llanto

tristeza o dolor del cielo,

algunos de ideas estéticas

dictaron:

la lluvia es hija de la cascada,

breve sentimiento del mar.

Y numerosos locos sostienen firmes:

la lluvia es una palabra

que escenifica su existencia.

Oscilación con ritmo

La lluvia nocturna es terapia a los oídos. Muertos la música, el atropellamiento de las llantas con las calles, la desesperación de lenguas por soltar estrepitosas palabras durante el día; todo muerto.
Cae la lluvia, oigo el golpeteo uniforme y una danza se genera entre los pastos recién podados.
La temperatura fresca que despierta la lluvia es amuleto para el estrés. El día sembró cierta alteración en las raíces de mi cuerpo. Me asomo a la ventana con la intención de descifrar cada gota, cada ritmo de la noche que encierra no ya un misterio descodificado por muchos sino la oscilación del agua en fragmentos.
Es momento de dormirme, mientras en el exterior pasa una celebración acuática.

PASO ESTÁTICO

Estar recostado en la cama, no dormir, sólo descansar, cerrar los ojos y volverlos a abrir, parpadear a cada minuto porque una mosca irrumpe con su sinfonía tan bien desafinada.
Jamás sentí mayor lasitud que el no hacer nada ¡inútil es sentirse inútil!.
Mi mirada se extiende al otro extremo de la ventana y divisa un pino joven y detrás del pino un muro y ahí fracasa el transitar de mis ojos. Para que mi cuerpo no adopte la postura de un muerto disimulo moverlo; ora del lado izquierdo, ora del lado derecho, no obstante intentar que no asemeje a un cadáver, imposible.
Mantener los pies a la altura del corazón mientras está recostado; dijo el médico, pero ¿acaso no es eso una tortura para los pies y la cintura? si antes ya pasé por el dolor principal: la ruptura del hueso, ahora la nueva terapia del médico. No cabe duda que otro dolor es exclusiva compañía de la recuperación.
Estar recostado en la cama implica en cierta medida pasearse por los sueños. Por el momento mi camino está decorado de: un colchón, unas sábanas, unas almohadas y la jornada repetitiva.