(Mi querida lectora extranjera)
Mis ojos nuevamente
quieren leer tu rostro
y suicidar mis palabras
en tus minúsculos oídos.
En mi lenguaje, asoman raíces del corazón
que van a tu verde mirada a retoñar.
Tu cálido cuerpo
me dejó un vacío en llamas.
Huésped extraña y bella
ayer te estuve dibujando
en las horas elegantes de la luna
te hallé en una temporada negra
y te conozco como a un secreto
como a la muerte por suposiciones
Mi vida es una morada transitoria
y tiene fin a la orilla de tu amor.
En un parque adornado de novios
yo empuño tu belleza, niña
porque de privilegios gozo
y de realidades sufro.