domingo, 23 de diciembre de 2012

Francamente

Francamente no me gusta la navidad. Así de sencillo lo expongo. Miro a los guajolotes que andan pastando en mi casa y con nostalgia me digo; qué feo no señalar algo que no te guste. Ellos pastan, extienden sus alas, hacen unos ruidos extraños y corren detrás de la cáscara de plátano. Los guajolotes chiquitos, los recién nacidos, se refugian bajo las alas de sus madres, pero ¿realmente se protegen?. No me gusta la navidad. Así de sencillo lo expongo.