viernes, 18 de marzo de 2011

PARA NO ESCRIBIR

Cuando escribí -con las lagrimas lavaré el mundo de mis ojos- jamás pensé hacerlo, y míreme, lavo el mío y el de ella. Chayo alguna vez le prometí algo, la promesa es viento que no se ve hasta que una basurita es acomodada en los ojos. Mi promesa siempre la mantuve firme, el texto ya está, la revista hay va,el siguiente poema apenas están sus palabras deslizándose en mi cabeza. Pero la poesía me trajo la sombra del dolor que no me deja y me resigno. Ya no hay cartas que escribir, no le he escrito porque no tengo nada que escribir, me trenzaron las manos, las ideas me la suspendieron. Ella ha llorado que yo la he hecho llorar, que sus lágrimas nacen del dolor, de la traición, de la soledad, de la mentira. Querida de los ojos verdes a mi muerte unida, en efecto fui yo, y es tan doloroso eso. Ella sabe de usted, la conoce, la ha visto, le ha hablado. Que no escriba poesía, que no escriba cartas, que no escriba, que la confianza se adquiere mediante hechos, yo no lo sé, nada sé. Su poema ya está esperando, y a veces pienso en ya no publicarlo, en deshacerlo, en esribir un poema horrendo un poema de mala sintáxis, de mala coherencia, carente de metáforas y que por esa razón no lo publiquen y entonces tendré pretexto para su no publicación
---Los ojos verdes se van secando en la sábana de mi memoria-----