domingo, 13 de junio de 2010

AY AMOR YA NO ME QUIERAS TANTO

Cuando queremos ver hacia el pasado, hacia atrás, hacia ese camino que hemos recorrido; no existe mejor método que acudir al albúm fotográfico o en su excepción a las musicas de la época de los padres o de los abuelos. Un trío llamado los Panchos (dos mexicanos y un puertorriqueño)se dieron a conocer con sus boleros desgarradores allá en el año de 1944 en Nueva York. Un bolero melancólico, lastimoso y no exageraría en decir que también se lanzan al extremo de una despedida delicada sin la necesidad de mostrar la afrenta de la realidad amorosa. Eso lo podemos percibir bien en la canción "Ay amor ya no me quieras tanto" el esnobismo de este trío está precisamente en la sutileza con que abordan el sentimiento de la despedida -no me viene ahora a la memoria otras composiciones con esa singularidad- dejemos a un lado el pop cosa por demás que llamaría adaptaciones.
¿Y porqué trato esto o a que viene este sentimentalismo? Día del padre por supuesto, no tomo en serio esas cuestiones afectuosas, de homenajes, por razón cultural; pero el ambiente mexicanesco me envuelve en recuerdos. Mi padre disfrutaba oyendo esa canción y se la tarareaba a mi madre, mientras ésta le sonreía con rostro lisonjero y acto continuo la imaginación de los dos viajaba a la escena del encuentro, del cómo se conocieron y entonces me platicaban la gracia y actitud de ambos.
Pero "Ay amor ya no me quieras tanto, ay amor no sufras más por mí, si nomás puedo causarte llanto, ay amor olvidate de mí". Los boleros son igual de extraordinario que el tango, éste segundo me obliga a aprender a bailar, en cambio el primero sólo alude a la estabilidad, a la quietud y al disfrute ya sea sólo o con la persona más indicada. Me despido al estilo de Victor Hugo "el recuerdo es vecino del remordimiento"

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