PASO ESTÁTICO

Estar recostado en la cama, no dormir, sólo descansar, cerrar los ojos y volverlos a abrir, parpadear a cada minuto porque una mosca irrumpe con su sinfonía tan bien desafinada.
Jamás sentí mayor lasitud que el no hacer nada ¡inútil es sentirse inútil!.
Mi mirada se extiende al otro extremo de la ventana y divisa un pino joven y detrás del pino un muro y ahí fracasa el transitar de mis ojos. Para que mi cuerpo no adopte la postura de un muerto disimulo moverlo; ora del lado izquierdo, ora del lado derecho, no obstante intentar que no asemeje a un cadáver, imposible.
Mantener los pies a la altura del corazón mientras está recostado; dijo el médico, pero ¿acaso no es eso una tortura para los pies y la cintura? si antes ya pasé por el dolor principal: la ruptura del hueso, ahora la nueva terapia del médico. No cabe duda que otro dolor es exclusiva compañía de la recuperación.
Estar recostado en la cama implica en cierta medida pasearse por los sueños. Por el momento mi camino está decorado de: un colchón, unas sábanas, unas almohadas y la jornada repetitiva.