domingo, 19 de junio de 2011

Oscilación con ritmo

La lluvia nocturna es terapia a los oídos. Muertos la música, el atropellamiento de las llantas con las calles, la desesperación de lenguas por soltar estrepitosas palabras durante el día; todo muerto.
Cae la lluvia, oigo el golpeteo uniforme y una danza se genera entre los pastos recién podados.
La temperatura fresca que despierta la lluvia es amuleto para el estrés. El día sembró cierta alteración en las raíces de mi cuerpo. Me asomo a la ventana con la intención de descifrar cada gota, cada ritmo de la noche que encierra no ya un misterio descodificado por muchos sino la oscilación del agua en fragmentos.
Es momento de dormirme, mientras en el exterior pasa una celebración acuática.

No hay comentarios:

Publicar un comentario