sábado, 9 de octubre de 2010

PASA-TIEMPO

Vaya jamás lo hubiese imaginado, tú, sometida por tu ahora esposo que en tiempo de secundaria era sólo tu novio o tu hermano como solías llamarle cuando yo te veía con él -los cuernos nunca los sentí- y por supuesto los celos en algún momento me alteraron; pero eran terrenos desconocidos para mí, así que igual y jamás le di demasiada importancia
Y ¿que pasó? si tu eras entonces una mujer de mando, una mujer que gobernaba en el diálogo, en el amor. En aquel entonces eras la niña que me amenazaba en enseñarle los calzones a otros sino te ponía atención, pero claro, jamás llevaste a cabo tu chantaje, pues siempre te puse atención.
Nada es para siempre y el tiempo puso punto final a nuestra intento amoroso infantil. Ahora te hallo toda una señora ya con dos niños y me dices que tu esposo se enoja si te ve platicando con alguien, debo decir que me causa un tanto de asombro y quizás risa el hecho de que te sientas encarcelada, manipulada.
¿Te arrepientes?, pues no lo hagas, él era el amor de tu muerte, o sea tu amor para siempre.
Pasó el tiempo y la vida te dio esposo y éste, hijos, pero ese esposo ya no te da amor ¿y cres que yo podría darte algo? en efecto, podría darte igual otros dos hijos. Más, soy irresponsable, torpe, necio, sucio, y sobre todo, libre; al grado de extraviarme a veces.

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