Primer llanto
Madre, algunas palabras
envejecieron contigo:
Golpes, lluvias que arrastraban mi dolor morado
y
yo
lloraba.
Gritos, relámpagos de
trenzadas frases
y
yo
lloraba.
Envejeció el “¡Guarda
silencio!” en un murmullo
sobre la mesa familiar
el día que el odio se
atoró en los ojos de mi padre
y tú apretabas los
dientes crepitando temor
mientras
yo lloraba.
Envejeció y murió el
suave “¡Compórtate!”
fusilado un domingo
de misa
con la bala de tu puño
y yo
lloraba.
Madre, a tus pomposas
palabras les brotaron arrugas
y mis tardes
encanecieron lejos de tu boca —asilo de advertencias—,
lejos de tu sombra —delantal de mi cuerpo—.
Madre, hoy vengo
acompañado de mi mala costumbre ─el llanto─
Muy bueno el poema Juven, amigo un abrazo y felicitaciones por tus poemas, desde Perú
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