martes, 17 de enero de 2012

De aquellas remembranzas

La memoria es en ocasiones un rio que arrastra vidas pasadas o un mar que guarda los secretos de la existencia, sin embargo el mío es un río que corre y nunca llega a su destino.
Mi memoria también asemeja al llanto, que cae cae cae y muere sobre una piedra o simplemente sobre un charco o junto a una fuente. Llorar no implica la cobardía en un hombre, yo he llorado en ocasiones, a veces me he puesto en los zapatos de algun personaje de mi poema y entonces padezco sus emociones, es entonces cuando la depresión llega como una daga a mi vida y padezco mucho. También es cierto que me tomo muy en serio algunos papeles y he estado a punto de asistir con un psicólogo pero tengo miedo a eso, tal vez sea a la confesión o a la manía de perderme yo.
Hoy estoy triste pero mañana no y así sucesivamente. Hoy amo a Dalí por su locura su egocentrismo, por el amor a su musa, por sus pinturas por su capacidad creadora pero mañana tal vez no, y entonces es probable que desee mucho a Van Gogh a Richard Dadd a Delacroix o a Vermeer.
Ahora es momento de cerrar los ojos y dormir un rato, sólo un rato para tampoco adoptar esa costumbre del descanso eterno.

2 comentarios:

  1. La memoria es una buena compañera en ciertas oportunidades, a veces, es mejor olvidar. Abrazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tus saludos, y sí, en efecto más vale olvidar que lamentar.

      Eliminar